La alhucema, también conocida como lavanda, tiene un sabor suave, floral y ligeramente dulce, con toques herbáceos. Este sabor se asemeja a una combinación entre menta y romero, con una nota perfumada característica que aporta un toque distintivo cuando se utiliza en la cocina. La lavanda se emplea comúnmente en pequeñas cantidades para dar un sabor sutil a postres, infusiones, mieles aromatizadas, galletas o incluso en mezclas de hierbas como las hierbas de Provenza.

Es importante usarla con moderación, ya que su sabor puede volverse abrumador si se utiliza en exceso, dando un gusto amargo o jabonoso.

Beneficios de la alhucema

La alhucema o lavanda es conocida por sus propiedades calmantes, siendo muy útil para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el sueño. Se utiliza comúnmente en aromaterapia para relajar el sistema nervioso y combatir el insomnio. Además, sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas hacen que sea efectiva para aliviar dolores de cabeza, migrañas y dolores musculares, ya sea a través de su aceite esencial o en baños relajantes.

En el cuidado de la piel, la lavanda tiene propiedades antibacterianas y cicatrizantes, lo que la hace ideal para tratar pequeñas heridas, quemaduras, acné e irritaciones. También es conocida por su capacidad para mejorar la digestión, aliviando problemas como la indigestión y los gases. Además, su uso como repelente natural de insectos es muy apreciado, ya que ayuda a mantener alejados mosquitos y polillas.

Por último, la lavanda es valorada por sus aplicaciones en el hogar y la cocina. Su aroma agradable se utiliza en bolsitas para perfumar espacios y ropa, mientras que, en la gastronomía, se emplea en pequeñas cantidades para dar un toque floral a postres y platos. También se utiliza en el cuidado capilar para mejorar la salud del cuero cabelludo y promover el crecimiento del cabello.